Guía definitiva para el dolor de tobillo

Dos tipos de movimientos ocurren en la articulación del tobillo: dorsiflexión y flexión plantar. La flexión plantar ocurre cuando los dedos de los pies están en contacto con el suelo y el talón se levanta del suelo (elevación de los dedos). Este movimiento proporciona la fuerza de propulsión necesaria para levantar la extremidad del suelo y comenzar a balancearse hacia adelante durante la parte de despegue de los dedos de la marcha. Durante el soporte medio, cuando la extremidad inferior soporta el peso del torso, el tobillo se encuentra en su configuración más estable, que es la posición de dorsiflexión.

• Las fracturas, esguinces y distensiones cubren casi todos los tipos de lesiones que pueden afectar la articulación del tobillo. Las fracturas involucran uno o más huesos rotos. Los esguinces ocurren cuando los tejidos conectivos y los ligamentos están dañados. La lesión se denomina distensión cuando los músculos y los tendones se han dañado o desgarrado.
• Las condiciones de salud crónicas también pueden afectar la articulación del tobillo y, en algunos casos, hacerla más susceptible a una lesión. La bursitis, la osteoporosis y la artritis son tres condiciones de salud que debilitan las estructuras del tobillo y hacen que no funcionen como deberían.
• La tendinitis y la fascitis plantar también pueden provocar lesiones en el tobillo. Estos daños también incluyen el pie y pueden hacer que caminar sea casi imposible sin algún tipo de apoyo o asistencia.

Es fundamental conocer los diferentes tipos de lesiones y los síntomas que provoca cada una. Saber qué hacer para prevenir lesiones y aliviar el dolor de tobillo también es crucial.

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